martes, 24 de diciembre de 2013

POLVORONES

Como estamos en Navidad, qué mejor forma para celebrarlo que hacer un dulce tan tradicional, que no puede faltar en nuestra mesa, como son los polvorones.
La Navidad en mi casa es, como suele ser en todas las casas, una celebración en familia. La mía, no es una familia muy numerosa, aunque poco a poco ¡va en aumento!
Además nos juntamos, siempre que podemos, con nuestros amigos, que son más que amigos: son familia.
La experta en polvorones es María Jesús, la mejor amiga de mi madre, es una campeona y una ¡LUCHADORA! Admiro mucho su fortaleza y su actitud ante la vida. Y también quiero aplaudir el tesón de sus hijos, que la acompañan sin descanso en su lucha: María y Felipe, que son como hermanos para mi.
Este año, nos hemos ocupado nosotras de hacer los polvorones. Espero que estén a la altura jijiji
Bueno al lío, que quiero que os de tiempo a hacerlos mañana.
Realmente no tiene mucho misterio hacerlos. ¡Así que al lío!

MANTECADOS

  • 500g harina
  • 250g de azúcar glass
  • 175g manteca de cerdo
  • 1 cucharadita de canela
  • azúcar glass para decorar
 
Se pone la harina en una sartén, para tostarla, se debe hacer a fuego medio y sin parar de mover, con cuidado de que no se queme.

 
Una vez tostado, apártala del fuego. Es muy importante que la dejes enfriar y ten cuidado ¡que quema mucho!
En este momento, añadir el azúcar, la manteca y la canela. Puedes hacerlo en un bol o en la mesa de trabajo. Una vez estén bien mezclados todos los ingredientes hay que estirar la masa.
En la foto sale el rodillo pero es más fácil hacerlo con la mano. Puedes estirarla en un primer paso con el rodillo, aunque  se quedará como agrietado. La textura del mantecado cruda es muy  parecida a los polvorones que si lo aprietas puede pasar dos cosas o que se apelmace o que se destroce. Si aprietas con tus manos pasa lo mismo. es importante pillarle el punto en que se hace una masa uniforme y no hacer que se rompa. ¡tranquilos! no es nada difícil. El grosor adecuado, para mi, es como de un dedo. Luego eliges el cortador que más te guste, y ale a cortar polvorones.
 



Yo los he hecho sobre papel y en la rejilla.

 
Precalienta el horno a 200º. Sitúa los polvorones en la parte media del horno, con calor arriba y abajo. Dependiendo de tu horno, pueden tardar entre 7 y 12 minutos. Normalmente, la primera tanda, tarda un poco más que las de después. Vigila los polvorones. Estarán listos cuando estén dorados.




Una vez fuera del horno, puedes espolvorear con azúcar glass.


 



déjalos enfriar y ¡a comeeeerrrr!!


 

 POLVORONES DE ALMENDRA

  • 300g de harina
  • 300g de manteca de cerdo
  • 300g de azúcar
  • 140g de almendra molida
  • 35g de almendra en granillo o picada
  • 1 huevo
  • 1 pizca de sal
  • 1 cucharadita de canela
  • azúcar glass para espolvorear (opcional)
 
El procedimiento con la harina es igual que el de los mantecados. También tostaremos toda la almendra. Puedes tostarla a la vez, luego va todo junto. La idea de la almendra en granillo es que se note que son de almendra. Yo, he utilizado almendra fileteada y la he apretado con los dedos y se queda perfecta, pequeña pero se nota más que la que es en polvo.
 
 
 
 Luego el proceso es exactamente igual que en los mantecados. Cambiando los ingredientes, claro.




 
El horno va igual pero han tardado unos 10-12 minutos en hacerse. Igual que con los otros, hay que tener cuidado y fijarse en el color dorado que van adquiriendo.
Yo, no he usado el azúcar glass, para decorar, para que fueran diferentes.
Tenemos una receta para hacerlos con ajonjolí, son muy parecidos a la de los polvorones de almendra. Llvan 50g menos de almendra y 2 cucharadas de sésamo o ajonjolí. Todo lo demás igual.
 
 

¡FELIZ NAVIDAD A TODOS!

¡OS DESEO UNA VIDA MUY DULCE PARA 2014!

 


 

 

sábado, 23 de noviembre de 2013

TRENZA SEMIINTEGRAL DE NUECES Y MIEL

Hace mucho tiempo que llevo queriendo aprender a hacer pan. Pero había un muro que me decía que eso tenía que ser complicadísimo, que no tenía los medios, que harían falta muchas herramientas, que si el amasado, que si el levado, que si, que si... ¡TONTERÍAS! ¿Por qué nos empeñamos los humanos en ponernos muros a nosotros mismos?
Creo que el pan es el claro ejemplo de ¡si quieres puedes! Hay que saber algunas cosas importantes, hay que ver algún libro, visitar alguna página web o hablar con nuestro panadero. Eso si sabes quién es, porque hoy en día es difícil saberlo... empieza a ser como la leche -¡ah! ¿qué viene de una vaca?
pues con el pan empieza a ocurrir lo mismo, ahora lo venden en cualquier sitiohttp://tequedasacenar.com/, precocinado, precongelado y ale... al horno un rato y a vender. Entonces ¿quién hace el pan? Bueno pues ya estamos los maestros para enseñarlo cuando tocan las profesiones, pero en breve será un trabajo antiguo y en desuso, al parecer, ya que ha aumentado su consumo debido a que la gente valora más el precio que la calidad. Claro que un pan bien hecho artesanal, se paga. Obviamente, no se puede vender por 80cent 3 barras de pan de calidad.
Es cierto que aún hay sitios que hacen el pan manteniendo la tradición y se curran unos panes riquísimos. En mi pueblo, quedan unas tres o cuatro panaderías que hacen su propio pan, o al menos eso creo y poco más. Aunque los hornos son modernos, ninguno de leña, en los que la masa madre brilla por su ausencia...
En mi caso, viniendo de una familia de panaderos, en mi casa no gusta casi ningún pan de los que hacen hoy en día...
Creo que hoy en día es fácil que haya lugares que vendan pan diciendo que es artesanal, cobrándote un dineral y luego no sea tan bueno. Lo cual va en contra de los artesanos que sí le dedican tiempo a hacer un pan con cariño y dedicándole el tiempo que requiere.
Sobre todo nos engañan, porque ¿a qué sabe el pan hecho artesanal, con su tiempo de fermentación lento, con su amasado, su masa madre? muy pocos son los que saben cómo es ese sabor. Incluso el pan del que os hablo de mis tíos, ya es un pan hecho con más facilidades, con grandes amasadoras y sin horno de leña. Y es que la revolución industrial sirvió para facilitarnos la vida pero para perder la esencia de muchas cosas que la hacían más sana y natural.
En casa, por supuesto, que lo más complicado es tener un horno adecuado para cocer pan, pero eso es lo de menos. Mimar el proceso y organizarse es lo más importante. Con el libro de Ibán Yarza he aprendido que hay todo tipo de procesos, unos que requieren que estés más pendiente otros menos, pero lo más importante es que si te organizas bien, puedes hacer buenos panes y disfrutar de ellos.
Y, supongo que de casta le viene al galgo, por un lado hay algo en el proceso que me atrae profundamente, y por otro lado, no me acaba de convencer el pan que compro, y sobre todo, no disfruto tanto comiéndolo como cuando lo he hecho yo misma.
Mi bisabuela, Alejandra, a la que no conocí de primera mano, pero de la que he oído tantísimo hablar a mi abuela y mi madre. Era panadera. Por eso la historia está llena de recuerdos. Nada como llenar el estómago y más en aquellos tiempos. Elaborar algo que no faltaba en ninguna mesa: PAN, algo imprescindible en cada casa.
Los hermanos de mi abuela heredaron la profesión, mi abuela, por supuesto tenía que cuidar de su familia, una pena que ella no siguiera con la tradición, me hubiera encantado. Pero al menos guardo muchos recuerdos de las panaderías de mis tíos.
Y el día que se quemaban los bollos o el pan, para ellos era fiesta en casa porque lo roto o quemado no se podía vender: ¡se comía! claro a mi familia les gusta el pan tostadito jijiji ese pan blanco birrioso que venden en todas partes ¡es un engañabobos!
El sentido que es capaz de transportarnos rápidamente a otros lugares donde ya hemos estado o hacia sensaciones vividas es el olfato. Y yo recuerdo sobre todo el olor de las panaderías de mis tíos abuelos, a la de mi tío Pablo, entraba prácticamente sólo al despacho, iba a menudo ya que estaba al lado de casa de mis abuelos y el olor que llegaba del horno aún lo recuerdo, incluso cuando pasabas por la calle olía a pan uuuuuuUUUuuuummmMMMMmmm.
Y a la de mi tío Manolo entraba sobre todo a la parte trasera que era donde se hacía el pan y los bollos. Era ya todo bastante moderno, con hornos modernos, una mesa enorme, una máquina para cortar el pan de molde, esta me hacía mucha gracia y siempre había un ¡¡no toques eso!!, y había unas amasadoras enormes de las que siempre, siempre cogía un trozo de masa con la que jugaba y jugaba hasta que se quedaba dura y al final, había que tirarla.
Había un olor muy especial a masa, al pan dentro del horno... había alguna caja con las madalenas que se descartaban quemadas o rotas y siempre nos regalaban una bolsa.
Y el despacho era alargado y lleno de panes, bollos... recuerdo perfectamente el sabor de las roscas, los bollos huecos y macizos, típicos de Colmenar, porque aunque ahora sean famosísimos los Manolitos, son modernos.

Bueno y después de refrescar en mi mente y contaros todos estos recuerdos maravillosos, me quedo con poder disfrutar de vez en cuando con algún pan casero, hecho con mis propias manos, y aunque tengo todo por aprender, creo que no es algo difícil, que sólo requiere organizarse, igual que ocurre con otras comidas, igual que la noche de antes pones a remojar los garbanzos, quizá en este caso requiera hacer la masa y dejarla fermentar en la nevera, por ejemplo.
Yo, he estado leyendo e intentando aprender de Dan Lepard, Xavier Barriga, Anna Bellsolá e Ibán Yarza, que me parecen unos fenómenos, que han experimentado mucho con las masas, con panes, han compartido experiencias, aprendido de grandes artesanos, autodidactas... La verdad que los admiro mucho y les doy las GRACIAS por su esfuerzo por recuperar algo que me parece que se pierde, por compartir su experiencia con todos nosotros, son de esas personas que nos dan calidad y riqueza a nuestra vida sin querer, porque vivir la experiencia de hacer pan con tus manos, no tiene precio. Porque creo que hacer pan en casa es un proceso mágico, dejas la masa en un bol y cuando vuelves horas después, ¡hay el triple de masa! y cuando lo metes al horno, pegar la nariz al cristal y oler... no sé cómo explicarlo pero es una sensación única. Y lo mejor y más importante, que lo que sale ¡¡¡¡te lo puedes comer!!!! que puedes compartir tu propio pan con los demás  y, no sólo eso, es que está ¡¡¡BUENÍSIMO!!!

En este caso, os dejo la receta de la Trenza semiintegral con nueces y miel, de un libro que os recomiendo absolutamente: "PAN CASERO" Ed. Larousse de Ibán Yarza,  alguien, que no conozco aún en persona, pero que cuando tienes una duda, es accesible a través de su email, con todos los cursos llenos. Con un blog, lleno de información valiosa. http://tequedasacenar.com/
Transcribo literal la receta y, repito: lo mejor es que compréis el libro si os atrae cómo hacer pan.
 
TRENZA SEMIINTEGRAL DE NUECES, HIGOS SECOS Y MIEL
(yo, lo único que no he hecho es poner los higos secos, porque no me gustan, pero la receta la voy a poner tal cual está en el libro)

INGREDIENTES DE LA MASA:
  • 225g de harina de fuerza
  • 50g de harina integral
  • 80g de leche
  • 55g de huevo (1ud)
  • 15g de miel
  • 10g de azúcar
  • 25g de mantequilla
  • 15g de nueces molidas finamente
  • 12g de levadura de panadero (seca)
INGREDIENTES DEL RELLENO:
  • 150g de nueces
  • 40g de higos secos
  • 40g de mantequilla
  • 30g de miel
INGREDIENTES DE LA GLASA:
  • 50g de agua
  • 100g de azúcar
  • 1cucharada de postre de zumo de limón
ELABORACIÓN:
Muele las nueces de la masa en un mortero o molinillo. Mezcla todos los ingredientes de la masa, que quedará un poco pegajosa. Deja que repose 10 min y trabájala sobre la mesa. Pliégala sobre sí misma y hazla rodar sobre la mesa durante unos 8 minutos, hasta que consigas una masa homogénea y lisa. Deja que fermente cubierta durante 1 hora.

 
 

 






 



Estírala sobre la mesa con las yemas de los dedos formando un rectángulo y luego acaba de estirarla bien con el rodillo hasta obtener un rectángulo el doble de largo que de ancho, de unos 60x30cm. Mezcla los ingredientes del relleno y haz una pasta con ellos. Distribuye esta pasta de manera uniforme sobre el rectángulo de masa. Enróllala como un brazo de gitano, a lo largo. Cuando tengas un cilindro de masa, córtalo a lo largo en dos mitades con la ayuda de un cuchillo; al hacerlo, se verán las capas que habías enrollado con el relleno. Trenza las dos mitades y sella bien cada extremo apretando con los dedos hasta que las puntas de masa estén perfectamente unidas. deja que fermente entre una hora y media y 3 horas; notarás que crece y que la masa se esponja de manera evidente. Si la masa está aún muy tiesa, simplemente espera más tiempo.









Hornea la trenza durante 30 minutos a 210º. No pongas el ventilador del horno, ya que  puede dorarse en exceso. Mientras se hornea, prepara la glasa disolviendo el azúcar en el agua y calentándolo hasta que hierva un par de minutos y el almíbar empiece a esperas un poco. Para que la trenza brille, el almíbar tiene que estar caliente cuando lo apliques; puedes recalentarlo en el fuego justo antes de usarlo. Nada más sacar la trenza del horno, pincélala de manera generosa con el almíbar. Deja que se enfríe y disfrútala: al tener una miga y un relleno tan jugosos, es una pieza de bollería que aguanta varios días tierna.








Se me ha fundido la luz del horno y se me tostó un pelín. Cuando me di cuenta le puse un trozo de papel aluminio para que no se tostara más.
Para mí, el día que está más rica es al día siguiente, como ocurre con la mayoría de los dulces.
Ya me diréis  qué os parece!! a disfrutar del sábado!!!


martes, 29 de octubre de 2013

LENTEJAS DE LA HUERTA

Por fin llega el frío, y es que me encanta, todos los que me conocen lo saben. Disfruto cuando hace frío, porque siempre me puedo seguir abrigando. Cuando hace calor, llega un punto que sólo me falta arrancarme la piel. Además, ¡odio los aires acondicionados!
Así que: ¡estoy contenta! contenta de que sea Otoño
Me parece que los colores del Otoño son increíbles, que hacen que el paisaje sea diferente, los tonos de naranja, marrón, amarillo, etc. son infinitos, y esto me gusta. Me gusta llegar al parque o ir al campo con Thor y dedicarme a deambular con él durante mucho rato sin un rumbo determinado, observando, oliendo...
Si llueve me gusta disfrutar de cómo me cae la lluvia, también quien me conoce sabe que no uso paraguas y la capucha me acaba molestando, así que ¡viva la lluvia en la cara!
Viva la lluvia porque hace que el campo esté precioso, los árboles con sus hojas cayendo y la hierba creciendo verde. Con sus atardeceres anaranjados y nubosos.
Viva el frío porque hace agradable comer guisos calentitos, y yo, que adoro la cuchara... uuuuummmmmm!!!! cocidos, lentejas, alubias, sopitas,... uuuuuuummmmmm!!!!
Así que os dejo una receta muy fácil, sana, rica, y muy necesaria en nuestra alimentación: LENTEJAS DE LA HUERTA. Acordaros que las lentejas son ricas en hierro y las hortalizas aportan a nuestro organismo un montón de vitaminas muy importantes.
 
 
LENTEJAS DE LA HUERTA
 
INGREDIENTES para 6 (o para que sobre para congelar):
  • 200g de lentejas
  • 1 Pimiento verde
  • 3 zanahorias medianas
  • 1 cebolla
  • 1 hoja de laurel
  • 1 diente de ajo
  • 1 puerro
  • 1l y 1/4 de agua
  • 1 cucharada sopera de sal
  • 1 cucharada sopera de aceite
  • 3 patatas (opcional) (si lo congeláis no echéis)
  • 1 puñadito de arroz (opcional) (si lo congeláis no echéis)
 
ELABORACIÓN:
Las madres y abuelas dicen que no hace falta poner en agua las lentejas con antelación, pero, yo, por mi experiencia, prefiero ponerlas unas horas antes al menos o la noche anterior, porque luego tardan menos en cocer y se ponen antes blanditas. Además es un alimento que al no tardar mucho en cocer, se puede hacer sin olla exprés en unos 35-40min.
Antes de nada un par de recomendaciones.
Si lo vais a comer ese día o al siguiente podéis echar todos los ingredientes.
Si lo vais a congelar: NO echéis patatas ni arroz, porque no se conservan muy bien.
También podéis echar 1 nabo, u otra verdura que os guste. O no echar alguno de los ingredientes si no os gustan o no tenéis, yo, el día que hice las fotos no tenía puerro y también quedan ricas.
Son de la huerta, por eso no llevan nada de carne, en mi casa normalmente se hacen así. Os invito a probarlas tal cual, salen muy ricas y muy sanas.
 
Yo, pico las zanahorias, puerro, pimientos, ajo y cebolla en trocitos pequeños para luego comerlo tranquilamente y sin nada que me entorpezca el disfrute de unos de mis platos favoritos. Además, cuanto más pequeño sea todo menos tarda en cocer y así, de paso, ahorramos energía. Si no os da tiempo, siempre podéis echarlo entero y luego podéis hacer varias cosas: retirarlas si no os gusta (no es nada aconsejable porque las hortalizas son sanas y necesarias en nuestra dieta diaria y pierde la gracia el plato), cortarlas una vez cocidas, batir las verduras y volverlas a añadir al guiso o batir todo, si tenéis hijos que no les gustan mucho los tropezones esta puede ser una buena opción para que se las coman.
Las patatas las corto en trocitos de unos 3cm más o menos, intentando que cruja al cortarlo, quiero decir: se empieza a cortar normal el trozo de patata y cuando tienes el cuchillo a medio camino, en lugar de seguir cortando, rompes el trozo que queda tirando con el cuchillo. No sé si me he explicado. Esto hace que el almidón de la patata salga y hace que el caldo espese y resulta más rico. 
Se echa todo en crudo: las hortalizas, las patatas, la hoja de laurel, las lentejas escurridas, el aceite, la sal y el arroz.
 
Para cocerlo tened en cuenta que el tiempo varía si lo hacéis en la olla exprés o en una cacerola normal, normalmente el tiempo se duplica en la cacerola.
Yo, habitualmente, las hago en olla y el fuego es de inducción y tardan unos 15min. Aunque, lo que os digo siempre, tened en cuenta que cada cocina es un mundo y tendréis que calcular cuánto tarda con vuestro fuego y vuestra olla. Tan fácil como destapar y probar, si siguen duras cocerlas otro poquito. Si no, ¡¡ya están!!
Si queréis congelarlas y os gustan con las patatas, podéis cocerlas el día que descongeláis y luego añadirlas, aunque no sabrán igual, porque lo rico es que cojan el sabor de las verduras. Pero sirve como apaño ;-)



 

 

 


 
 
Ahora me voy a pasear con Thor y a ¡disfrutar del Otoño!


martes, 24 de septiembre de 2013

MINICUPCAKES DE VAINILLA CON DECORACIÓN FONDANT

Está claro, que la vida hay que aprovecharla al máximo. Que no sabemos que va a pasar el próximo segundo, y quien no lo haya aprendido, debería irlo aprendiendo. Vivimos como si fuésemos a ser eternos, como si pudiéramos dejarlo absolutamente todo para mañana y no deberíamos.
Así que hoy después de llevar todo el verano aprovechando para hacer muchas cosas y disfrutar de ellas y descansar, voy a publicar las cupcakes de vainilla, que os prometí al principio de verano, lo sé soy un desastre y lo siento... la decoración va muy acorde con ello, y puesto que aún sigue haciendo buen tiempo vamos a intentar aprovechar estas tardes largas y anaranjadas al máximo, de la playa, quien esté en ella, de paseos largos y cálidos... aprovechar para desconectar, para disfrutar, para estar con quien queremos... es algo que deberíamos practicar a menudo y es que es la única manera de hacer la vida más dulce y disfrutarla.
Parece mentira que esto tengamos que aprenderlo... deberíamos de saber apreciarlo desde que somos niños. Peeeeroooo más vale aprenderlo tarde que nunca.
Algo que ayuda a disfrutar de la vida, para mi es cocinar y unas cupcakes ayuda bastante. En este caso de vainilla, uuuummmmm están muy ricas.
Ya os hablé de las cupcakes en la entrada de las Minicupcakes de chocolate.
Nuestro paladar no está tan acostumbrado al dulce como el de los anglosajones. Ellos utilizan mucha buttercream y es bastante dulce. Así como el fondant. Últimamente se está poniendo bastante de moda y quizá nos estemos acostumbrando.
Es verdad, que las cupcakes auténticas van decoradas con crema de queso o buttercream, se puede conseguir con varillas o con una máquina no tan especializada, a mano resulta muy difícil que queden con el punto adecuado.
La receta la he cogido del blog de Alma: Objetivo: cupcake perfecto. La copio y pego tal cual.
Un gran consejo que os puedo dar es que cuando hacemos una receta por primera vez: hacedla al pie de la letra. Ya tendréis tiempo de modificar algún ingrediente o alguna cantidad.
Al final añado algunos consejillos y fotos.

Receta de vainilla infalible, versión 2.0. (Alma Obregón)

Ingredientes para 12 cupcakes o 48 mini cupcakes 
Para el bizcocho:

  • 115 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente 
  • 220 g de azúcar blanco 
  • 3 huevos M 
  • 200 g de harina 
  • 1 cucharadita y media de levadura Royal 
  • 120 ml de leche semidesnatada 
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla 
Para el almíbar:

  • 100 g de azúcar blanco 
  • 100 ml de agua 
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla más las semillas de una vaina 

Para el buttercream
  • 250 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente 
  • 325 g de icing sugar
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla 
  • 2-3 cucharadas de leche semidesnatada 

    Precalentamos el horno a 180º (160º si es con ventilador).
    Preparamos la bandeja para cupcakes con 12 cápsulas de papel. Tamizamos la harina con la levadura química en un bol y reservamos. Batimos la mantequilla con el azúcar hasta que se integren y la mezcla se aclare. Añadimos los huevos, uno a uno, batiendo hasta que se incorporen. Agregamos la mitad de la harina y batimos a velocidad baja hasta que se incorpore. A continuación, añadimos la leche, mezclada con el extracto de vainilla, y volvemos a batir. Agregamos la otra mitad de la harina y batimos a velocidad baja hasta que la mezcla sea homogénea. Repartimos la mezcla en las cápsulas, sin llenarlas más de 2/3. Horneamos 22-25 minutos o hasta que un palillo salga limpio.

    Mientras se hornean los cupcakes, preparamos el almíbar en un cazo, calentando el azúcar con el agua hasta que la mezcla hierva. Retiramos del fuego, incorporamos el extracto de vainilla y las semillas de la vaina y dejamos templar. Nada más sacar los cupcakes del horno, pinchamos su superficie varias veces con un palillo y los pintamos con el almíbar. Dejamos enfriar los cupcakes en el molde 5 minutos y después pasamos a una rejilla, hasta que se enfríen por completo.

    Tamizamos el icing sugar y lo colocamos en un bol junto con la mantequilla, el extracto de vainilla y la leche. Cubriendo el bol, batimos a velocidad baja un minuto. Después subimos la velocidad y batimos al menos otros 5 minutos a velocidad media-alta. El buttercream se volverá casi blanco y su textura pasará a ser muy cremosa. Para teñirlo podemos utilizar colores en pasta.
En la receta de Alma incluye almíbar y buttercream. Yo, para esta receta no hice buttercream, los decoré con fondant. No me fijé en ningún modelo, no copié nada, tan sólo imaginé cuál sería el diseño perfecto para el verano y llegué a la conclusión de que era una playa. Así que me puse manos a la obra. Está todo hecho a mano y utilizando unos buriles que compré para trabajar el fondant y un bisturí que ayuda. El fondant se pega con un pelín de agua, pero ¡cuidado! si pintas con el agua donde no es, el fondant queda brillante y puede quedar feo.

 

También se me ocurrió utilizar un sello que tengo de galletas para imprimirlo en el fondant,  primero cubrí toda la superficie del cupcake con fondant naranja, luego puse el sello sobre fondant verde y recorté las palabras y la estrellita que era lo que me interesaba para que quedaran más chulos.



Con ello quiero demostrar que podéis hacer lo que queráis, darle el aire que os apetezca, hay muchos colores y resulta sencillo manipularlo.
Sin embargo tened cuidado con la cantidad de fondant que compráis para gastarlo en no mucho tiempo, porque se va quedando duro y resulta más difícil manipularlo.

Posibles dudas que a veces me preguntáis:
El molde de cupcakes se vende en las tiendas especializadas, es muy práctico y, además, sirve para hacer otro tipo de pastelillos dulces o salados, se puede usar engrasando y enharinando el molde y poniendo la masa encima o utilizando papeles.
Para las cupcakes, muffins o magdalenas es mejor utilizar papel, los hay preciosos y de muchos colores, tened cuidado porque no todos son buenos y algunos se despegan o se quedan transparentes una vez horneados. Si vas a una tienda especializada seguramente los vendan buenos. Wilton y House of Marie están bastante bien y tienen diseños muy chulos. Kitchen craft tampoco están mal, aunque me gustan más los dos primeros. 
Sin embargo, en esta receta yo utilicé los que venden en Ahorra más, en la sección de cocina. Son blancos y, quizá aburridos, pero para practicar y comerlos en casa, están bien de precio y no se despegan, quedan como las magdalenas de las panaderías. Esto en los  tiempos que corren es importante mencionarlo, no hace falta tener moldes preciosos y espectaculares, es cierto que quedan más bonitos pero el sabor no cambia en nada. A tener en cuenta: los moldes de Ahorra más son un poquito más grandes que los de minicupcakes.



Algunos me habéis preguntado cuánto se llenan las cupcakes para que queden perfectas. La verdad que se deben llenar unos 2/3 de la capacidad del papel. Lo mejor es que utilicéis algún objeto medidor y si os cuadra uséis siempre el mismo.
Yo, utilizo cups que son los medidores americanos y estoy encantada, los utilizo mucho para cocinar en general.
Para hacer CUPCAKES utilizo el medidor de 15ml colmado. Para hacer MINICUPCAKES utilizo el de 10ml. Aunque los he hecho pocas veces y aún no tengo la medida pillada del todo y como podéis ver más abajo unas quedan más llenas que otras. Esto sólo se consigue con la práctica. Hay que seguir insistiendo y, sobre todo, apuntar los datos en un cuadernito para ir mejorando las recetas, las cantidades y los utensilios, para ir perfeccionando las recetas a nuestro gusto.
También es importante que no quede aire por debajo de la masa, en algunas me ha pasado que hay como un agujero por debajo en la magdalena ya cocinada y eso es que al repartir la masa ha quedado aire debajo es importante evitarlo.




Es cierto que las cupcakes quedan muy bien con buttercream y están ricas (pelín dulce para mi gusto) además de quedar preciosas, pero se pueden tomar tal cual, echar almíbar y ya, se pueden rellenar, haciendo un agujerillo con el sacacorazones de las manzanas, con alguna crema, pasta de sabores (hay muchos) o mermelada. Se pueden decorar con glasa (azúcar glass con unas gotitas de agua), con fondant, con ganache... hay mil opciones, es cuestión de gustos y de tener imaginación.

En la receta del buttercream se utiliza Icing sugar, que se encuentra en tiendas especializadas o en Hipercor. El extracto de vainilla también se encuentra en tiendas especializadas, cuidado, la esencia de vainilla ¡NO ES LO MISMO!
También podéis encontrar multitud de productos en María Lunarillos, tiene muchas cosas y el envío es muy rápido. Yo, hice un pedido la semana pasada y quedé encantada. Además, los gastos de envío me salen más baratos que ir a una tienda en Madrid y es muy fácil.

Bueno, me despido para aprovechar la tarde tan buena que hace dando un paseo con Thor.
¡¡¡¡¡¡Aleeee a cocinarrrrrr!!!!!! o a ¡¡¡¡¡¡disfrutar de la vidaaaa!!!!!
 

 

jueves, 8 de agosto de 2013

BIZCOCHO 1, 2, 3 LA RECETA PERFECTA PARA REALIZAR CON NIÑOS

En tiempos de confinamiento por la pandemia por coronavirus, me dispongo a recuperar mi blog de recetas, este que tengo abandonado desde hace años... y es que la tarea de madre-trabajadora, lleva su tiempo y la verdad que he elegido disfrutar de cada momento con mi familia. Lo que no he dejado de lado ha sido la cocina, que creo que también he mejorado y aprendido mucho durante estos años. Por ejemplo, me he interesado mucho por el mundo del pan. La primera receta del blog, la de las torrijas de mi abuela, es de mi primer pan (que tenía una pinta regulera, aunque rico de sabor) y ahora, creo que he aprendido mucho: he hecho masa madre, he hecho algunos panes, muchos dulces, muchas tartas, varios cursos pequeños... Así que vamos a lo que vamos.
#quedateencasa y #cocinaconlavidamasdulce

El bizcocho 1,2,3 es de sobra conocido. me parece ideal para hacerlo con niños. 
Lo primero y muy importante es tener las manos limpias, aunque l@s niñ@s a veces se hacen los remolones para lavarse, seguro que ante la propuesta de hacer un bizcocho, se lavan como si fuesen cirujanos. Si el/los niñ@s son muy peques ten preparados y pesados los ingredientes, si son un poco más mayores (unos 4- 5 años) son capaces de hacerlo contigo e ir comprendiendo qué es eso de los gramos, las cucharadas, las pizcas :-D incluso si están muy motivados pueden ir elaborando un libro de recetas y anotar los ingredientes antes de hacerla. 
Bueno pues aquí vamos, con la receta en sí.
Esta receta puedes hacerla a mano con ayuda de varillas y una lengua, no lleva mucho trabajo, sólo al principio para mezclar los huevos con el azúcar. También, podrás usar una máquina con  el accesorio de varillas.

INGREDIENTES: 
  • Un yogur (yo lo uso natural, podéis usarlo también de limón)
  • Ralladura de limón (si te gusta el limón)
  • 3 huevos 
  • 1 medida del envase del yogur de aceite (160ml.)
  • 2 medidas del envase del yogur de azúcar (210g)
  • 3 medidas del envase del yogur de harina (225g)
  • 1/2 sobre de levadura química (7g.)
  • para el molde aceite o mantequilla y harina o spray desmoldante.
El bizcocho 1,2,3 viene de las cantidades de sus ingredientes y en su formato original es tal cual los he puesto. luego siempre se puede hace variantes. se le puede añadir manzana, trocitos de chocolate, sustituir una pequeña parte de la harina por cacao puro en polvo... es una receta muy versatil. En este caso, yo le añadí unos trozos de manzana, que le van muy bien a la receta. 

ELABORACIÓN:
  • Mezclar los 3 huevos con el azúcar hasta que la textura de la mezcla cambie y se ponga blanquecina. Puede que tarde unos minutos, merecerá la pena este paso. Dará esponjosidad al resultado final
TRUCO: Si no quieres pesar los ingredientes, vacía el yogur en un recipiente y usa el envase del yogur para las medidas. 





  • Añade a la mezcla: el yogur, el aceite y tamiza con un colador o un tamiz la harina y la levadura. Una vez añadida la harina, no se debe batir, solo mezclar los ingredientes de manera envolvente, si tienes se hace mejor con una lengua.



  • Prepara el molde untando aceite o mantequilla por todo el recipiente y espolvorea ligeramente de harina. si te sobra tírala. puedes usar cualquier tipo de recipiente, teniendo en cuenta que la cocción variara. Si la capa de bizcocho es muy fina, tardará menos en cocerse, si por el contrario queda más alta, tardará más. Yo, en este caso he usado un molde más estrecho y más alto. 
  • He puesto unas láminas de manzana en el fondo, para que en el resultado final queden por encima y unos trozos que he enharinado que añadiré después. Como este bizcocho es muy esponjoso, muy fácilmente se vayan bastante al fondo. Aunque enharinarlas ayuda a que no se hundan. También podrías añadir trocitos de chocolate. Esto es opcional.




  • Y al horno! cuidado con los niños en este punto por favor, es muy fácil de entender para ellos, si se les explica: que se pueden quemar. 
  • En mi horno suele valer 35 minutos a 180º. Con este molde alargué a 45 minutos y bajé la temperatura del horno a 170º. NO ABRIR EL HORNO HASTA 30 min. tu bizcocho no estará hecho a no ser que hayas hecho una plancha muy estirada. Cualquier molde al uso, tardará eso mínimo. Pincha con un palillo en el centro del bizcocho para comprobar que esté hecho. 
  • IMPORTANTE: cada horno es un mundo, es fundamental que conozcáis cómo funciona el vuestro. Esto ocurre usándolo de manera objetiva y viendo cómo responde ante los tiempos y temperaturas de las recetas que realizáis. 
  • Podéis presentarlo de muchas formas: entero sencillamente. Con un poco de azúcar glass por encima, con una ganache de chocolate (que para cobertura es igual cantidad de chocolate y de nata, pones a calentar la nata y cuando esté caliente añades el chocolate y remueves hasta que esté brillante). puedes servir raciones y poner opciones: nata montada, chocolate, mermelada casera... a mi como más me gusta es con un ¡buen café! y con ¡AMIGOS!











Espero vuestros comentarios ¡con vuestras opciones favoritas!